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* Uno siempre aprende. Hasta cuando no se da cuenta que está aprendiendo. De cada instancia que nos toca vivir podemos extraer, en mayor o menor escala, una lección. Así que vamos almacenando experiencia y sabiduría para aplicar cuando llegue el momento. Pero no es tan sencillo: del aprender al aplicar hay que pasar por dos etapas, que no pueden obviarse: aprehender e incorporar. Sin esas etapas uno termina convirtiéndose en un recitador o repetidor de ideas, teorías y experiencias ajenas sin haberlas asimilado, desde su propia perspectiva, su realidad y su historia. Aprehender implica tomar la lección en forma individual, hacerla suya, para (el tercer paso) incorporarla a su quehacer, su entender y su actitud humana. De esta manera, aplicar lo aprendido es consecuencia natural. ¿Tiene que ver esto con el marketing personal? En mi opinión, es la base de todo, porque antes que nada y antes que todo, somos seres humanos. O casi.

martes, 2 de noviembre de 2010

Misión ¿imposible?


Esta tarde al revisar un informe de competencia, tuve oportunidad de leer algunas definiciones de la Misión de las empresas. Llegué a la conclusión de que podrían perfectamente ser tituladas como este artículo: "imposible". ¿Por qué es tan difícil lograr una buena definición de la Misión?. Por esa condición tan humana de querer complicar lo obvio, porque la mision es lo más obvio, lo más elemental, lo primero, el punto de partida. ¿A dónde se llega cuando no se sabe desde dónde se sale? a cualquier lado. ¿Por qué no se entiende que la misión de una empresa es nada más y nada menos que su razón de ser, lo que se hace por los clientes?. Nada más sencillo que preguntarse "quién soy y qué es lo que ofrezco".
La próxima vez que quiera definir ese punto tan clave para su negocio, hágase esa pregunta, y la respuesta saldrá naturalmente, y en consecuencia, tendrá claro el principio del camino.