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* Uno siempre aprende. Hasta cuando no se da cuenta que está aprendiendo. De cada instancia que nos toca vivir podemos extraer, en mayor o menor escala, una lección. Así que vamos almacenando experiencia y sabiduría para aplicar cuando llegue el momento. Pero no es tan sencillo: del aprender al aplicar hay que pasar por dos etapas, que no pueden obviarse: aprehender e incorporar. Sin esas etapas uno termina convirtiéndose en un recitador o repetidor de ideas, teorías y experiencias ajenas sin haberlas asimilado, desde su propia perspectiva, su realidad y su historia. Aprehender implica tomar la lección en forma individual, hacerla suya, para (el tercer paso) incorporarla a su quehacer, su entender y su actitud humana. De esta manera, aplicar lo aprendido es consecuencia natural. ¿Tiene que ver esto con el marketing personal? En mi opinión, es la base de todo, porque antes que nada y antes que todo, somos seres humanos. O casi.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Sobre la capacitación y entrenamiento.


Charlas y conferencias de marketing suelen incluir alguna historia que llame a la reflexión. Ésta se trata de la tenacidad, la capacitación y el esfuerzo:

Cuenta una leyenda que vivían unos monos en cierto lugar cerca de un precipicio. Dicho lugar era bastante bueno y confortable, pero del otro lado del precipicio existía una vegetación más apetitosa, árboles mucho más acogedores, corrían limpias y claras las aguas de un arroyo, el pasto se veía más verde y hasta parecía brillar mejor el sol.
Pero no había forma de cruzar al otro lado: era demasiado esforzado y peligroso. Cada mañana, los monos querían saltar, pero llegaban hasta el borde y no se sentían capaces de realizar el intento; era en ellos más fuerte el temor a lo que podían perder que el deseo de obtener aquello que soñaban.
Una mañana, algunos monos se despertaron, llegaron al precipicio y vieron que otros habían intentado cruzar durante la noche, habían caído, y estaban muertos. Miraron más allá, y vieron que otros de sus compañeros, que se habían esforzado o preparado más, sí, lo habían logrado. Pero entonces, cuando miraron bien, se dieron cuenta que aquellos ya no eran monos, eran hombres...