*

* Uno siempre aprende. Hasta cuando no se da cuenta que está aprendiendo. De cada instancia que nos toca vivir podemos extraer, en mayor o menor escala, una lección. Así que vamos almacenando experiencia y sabiduría para aplicar cuando llegue el momento. Pero no es tan sencillo: del aprender al aplicar hay que pasar por dos etapas, que no pueden obviarse: aprehender e incorporar. Sin esas etapas uno termina convirtiéndose en un recitador o repetidor de ideas, teorías y experiencias ajenas sin haberlas asimilado, desde su propia perspectiva, su realidad y su historia. Aprehender implica tomar la lección en forma individual, hacerla suya, para (el tercer paso) incorporarla a su quehacer, su entender y su actitud humana. De esta manera, aplicar lo aprendido es consecuencia natural. ¿Tiene que ver esto con el marketing personal? En mi opinión, es la base de todo, porque antes que nada y antes que todo, somos seres humanos. O casi.

domingo, 1 de agosto de 2010

Primero lo primero:

Para construir en grande tiene que haber buenos cimientos. Para construir nuestra arquitectura interior hay que pensar que ante todo y antes que todo, somos personas. Un buen empresario, un buen profesional, un buen escritor, un buen obrero, un buen artista "debería" ser primero una buena persona. (U!)

No hay comentarios: